El gobierno ha anunciado en rueda de prensa que no se pagará el aumento de la inflación a los pensionistas, a pesar de que la ley establece que es una obligación compensar a los jubilados por el alza del índice de Precios al Consumo (IPC). Las pagas solo subirán un 1% con carácter general y las pensiones inferiores a 1.000 euros mensuales subirán un 2%.
Rajoy justifica la medida en el deterioro de la economía. La revalorización habría costado alrededor de 2.000 millones de euros. Para una pensión media de 834,99 euros al mes, el no pagar la desviación del IPC restará 7,5 euros menos mensualmente.
Con esta decisión, Rajoy ha roto la última gran promesa electoral que todavía no había incumplido. El 10 de septiembre, en una entrevista en TVE dijo: "Si algo no tocaré, serán las pensiones, porque es el más indefenso y no tiene una segunda oportunidad, y por eso, es la única partida del presupuesto que no he tocado ni pienso tocar en los próximos tres años”.